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Ingeniero Agrónomo por la UNA. Mestre em Agronomía, área de Concentración Suelos y Nutrición de Plantas por la USP. Profesor Titular de las Asignaturas Planificación del Uso de la Tierra y Suelos Forestales y Encargado de Cátedra de la Asignatura Edafología de la FCA - UNA.

martes, 25 de octubre de 2011

La falta de planificación: causa o efecto?

Foto de ABC Color

Ante el fenómeno atmosférico acaecido el día de ayer en toda la Región Oriental y principalmente Asunción y alrededores, donde resido, vale la pena preguntarse sobre las consecuencias del mismo. Uno podrá decir que es la época, que no se pueden predecir estos fenómenos, que el cambio climático es el responsable, sin embargo pocos se preguntan si estamos preparados para estos acontecimientos, si se ha realizado la suficiente planificación para impedir que los vientos tengan un efecto devastador o si están preparadas las ciudades para evacuar toda el agua de las lluvias.
La respuesta a lo último es que no se ha planificado siquiera el aumento de vehículos en las ciudades, los giros a la izquierda en las avenidas principales o alguna que otra rotonda para el retorno. Sin embargo hemos visto una interesante iniciativa de la Intendencia Municipal de Fernando de la Mora, que empezó a hacer más fluido el tránsito sobre la Avenida Mariscal Estigarribia, con algunas medidas simples.
La planificación urbana (que no es mi campo, pero en el que muchas veces quiero opinar) ha sido una deuda con la ciudadanía paraguaya; las ciudades no han sido planificadas para un crecimiento tan grande como el que se ha dado con Asunción y sus alrededores, los sistemas de desagüe pluvial prácticamente no existen y las calles básicamente sirven de grandes colectores de agua con sus correspondientes consecuencias. Si el tránsito es caótico en condiciones atmosféricas favorables, la imaginación nos lleva a concluir lo que sería en condiciones adversas.
La planificación y la medición del impacto ambiental, siquiera de un terraplenado y ni qué decir del paso de un empedrado a una pavimentación asfáltica o de cemento, deben ser consideradas antes de la realización de cualquier obra, pues este "mejoramiento" disminuye la infiltración en el suelo y aumenta la cantidad de agua que se escurre. Tan sencilla y simple como esta observación, debe concienciarnos a pensar en planificar nuestras actividades.
Los sucesos indican que los gestores y administradores de la infraestructura pública deben preparar un buen plan de aprovechamiento del territorio antes de lanzarse a la arena política.

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